Amé la furia y la quietud,
el sol al despuntar,
los pinos a la orilla del camino,
las notas de tu guitarra,
tus besos debajo las sabanas.
Tu gastado pantalón,
tu camisa, tus zapatos.
Tuve la lealtad de tu perro,
de tu gato la cautela y
de la maleza en tu patio, la persistencia.
Y cada noche
tuve la confianza en un amanecer.
Es cierto, todo eso amé.
A mí también. “Y de la maleza de tu patio, la persistencia. Ese verso sobre todo. Un saludo.
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Gracias colega.
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Precioso. Me gustó mucho el poema
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