a los espacios desolados,
a mirar hacia el abandono,
a reabrir la misma herida.
El águila te roba el corazón
y se lleva también tu sombra.
En un pensamiento enrarecido,
la memoria es el peor enemigo.
Tu cerebro es atacado por un virus y,
en el desvarío de conexiones,
quieres robar la luz al sol
para guiar golondrinas en su vuelo.
Preciosos los versos finales. Un saludo.
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Todo el poema me gusta, pero los dos últimos versos me gustan mucho más.
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Da miedo leerte jaja.
Buenas noches.
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sólo para valientes, jajaja, que descanses.
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